Devocional

La lección del Carbón

today13 de enero de 2023

Background
share close

Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades.

Después de algunas semanas, una noche muy fría, el líder de aquel grupo decidió visitarlo. Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando una pregunta. Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban.

 

Al cabo de algunos minutos el líder, sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas. Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil.

 

El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado pero inquieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto por una leve capa de ceniza.

 

Muy pocas palabras habían sido dichas desde el ritual saludo entre los dos amigos.

 

El líder, antes de prepararse para salir, con las tenazas blandió el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno suyo. Cuando el dirigente alcanzó la puerta para irse, el anfitrión le dijo:

– «Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. Regresaré al grupo. Buenas noches».

 

 

«Pertenecemos al cuerpo de Cristo y como miembros del cuerpo, tenemos distintas funciones que son importantes y necesarias para el crecimiento espiritual. Muchas veces olvidamos que la llama que emana de nosotros por muy pequeña que parezca es necesaria para mantener toda la fogata encendida, es importante que no permitamos que le fuego del Espíritu Santo se apague, debemos estar encendidos cual antorchas de fuego, para que podamos alumbrar a donde quiera que vallamos.  ¡Cuando quieras alejarte de la fogata, recuerda la lección del carbón!». 

Written by: Britogalan

Rate it

Previous post

Devocional

El árbol que no sabía quien era

Había una vez un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales… Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos. –No sé quién soy… -se lamentaba-. –Te falta concentración… -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas… ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas… –No […]

today12 de enero de 2023


¡Únete a nuestra familia! Suscríbete hoy para recibir inspiración diaria.

Lorem ipsum dolor sit amet, cons aring elit sed dllao the eimod tempor inciunt ullaco laboris aliquip alora tolfy alora tolda foucos dondy athlle shalom.

Enlaces rápidos

Instale nuestra aplicación gratuita:

Copyright © 2024 Plenitud Radio Digital.  Todos los derechos reservados

0%
×