La mochila y las piedras

Un devoto ferviente atravesaba una etapa muy dolorosa de su vida, con graves problemas de salud familiar y graves dificultades económicas. Por eso oraba diariamente pidiendo liberación de tales tribulaciones.

Un día, mientras oraba, se le apareció un ángel que le traía una mochila y el siguiente mensaje:

El Señor se apiadó de tu situación y te envió a decir que debías poner tantas piedras como puedas en esta mochila y llevarla contigo, en tu espalda, durante un año, sin quitártela ni un instante. Dile también que si haces eso, al final de ese tiempo, cuando abras la mochila, tendrás una gran alegría. Y desapareció, dejando al hombre bastante confundido y disgustado.

«¿Cómo puede el Señor jugar conmigo de esta manera? Oro sin cesar, pidiendo su ayuda, y Él me dice que cargue piedras”. ¿No son suficientes los tormentos y las pruebas que estoy experimentando?». El devoto pensó. Pero cuando le contó a su esposa la extraña orden que había recibido del Señor, ella le dijo que sería prudente seguir las determinaciones del cielo, y concluyó diciendo:

«Dios siempre sabe lo que hace… «

El hombre estaba decidido a no hacer lo que el Señor le ordenó, pero, por si acaso, decidió hacerlo en parte. Así que puso dos piedras pequeñas en la mochila y la cargó a la espalda durante doce meses.

Pasado ese tiempo, en la fecha prevista, apenas reprimido por tanta curiosidad, abrió la mochila según las órdenes del Señor y descubrió que las dos piedras que había llevado a la espalda durante todo un año se habían convertido en pepitas de oro…

Todos los episodios que vivimos en la vida, incluidos los peores y los más difíciles de soportar, son siempre fuentes extraordinarias y maravillosas de crecimiento.

Temiendo el dolor, la mayoría se niega a enfrentar desafíos, a moverse en nuevas direcciones, a dejar lo común, la misma igualdad de siempre.

Por temor al peso y la fatiga, la mayoría hace todo lo posible para evitar situaciones nuevas y embarazosas que involucran cualquier tipo de conflicto.

Pero quienes enfrentan las situaciones que la vida les propone de verdad, quienes deciden «cargar las piedras», en lugar de evitarlas, negarlas o evadirlas, estos alcanzan la plenitud de la vida y se transforman, con el tiempo. ¿Cómo esta tu mochila?